· La permisividad
No es posible
educar sin intervenir. Durante los primeros años de vida de su hijo son
ustedes, los padres, quienes deben decirle lo que está bien o lo que está mal,
debido a que necesita referentes y límites para crecer seguro y feliz.
· Ceder después de decir no
La primera regla de oro a ser respetada es la del NO; en otras palabras, el no es innegociable. Por lo tanto, deben pensar muy bien cuando van a decir no a sus hijos, debido a que ya no hay marcha atrás. Por otro lado, el SÍ, sí puede ser negociado; por ejemplo, si le dice a su hijo que puede ver televisión, se debe negociar con él acerca del tipo de programa y el tiempo.
La primera regla de oro a ser respetada es la del NO; en otras palabras, el no es innegociable. Por lo tanto, deben pensar muy bien cuando van a decir no a sus hijos, debido a que ya no hay marcha atrás. Por otro lado, el SÍ, sí puede ser negociado; por ejemplo, si le dice a su hijo que puede ver televisión, se debe negociar con él acerca del tipo de programa y el tiempo.
· El
autoritarismo
Extremo de la permisividad, en el cual usted, padre, obliga a su hijo a hacer todo lo que desee, anulándole su personalidad e independencia.
Extremo de la permisividad, en el cual usted, padre, obliga a su hijo a hacer todo lo que desee, anulándole su personalidad e independencia.
· Falta de
coherencia
Debido a que sus hijos necesitan tener referentes y límites claros, ustedes deben reaccionar dentro de una misma línea ante los mismos hechos. Por ejemplo, si hoy está mal saltar sobre los muebles, mañana también lo estará. Además, es sumamente importante que exista coherencia entre usted y su pareja, ambos deben de apoyarse y no caer en contradicciones.
Debido a que sus hijos necesitan tener referentes y límites claros, ustedes deben reaccionar dentro de una misma línea ante los mismos hechos. Por ejemplo, si hoy está mal saltar sobre los muebles, mañana también lo estará. Además, es sumamente importante que exista coherencia entre usted y su pareja, ambos deben de apoyarse y no caer en contradicciones.
· Perder los
estribos
En algunas oportunidades, es difícil no perder la
calma. Con respecto a los gritos, cabe mencionar que sus hijos se acostumbran a
ellos, llegando al extremo de que se tenga que gritar con demasiada potencia
para que recién reaccione. Asimismo, es esencial conocer y reflexionar acerca
de que los gritos son un peligro inherente, debido a que cuando los gritos no
dan resultado, la ira o cólera de ustedes puede convertirse en insulto,
humillación hasta incluso en malos tratos tanto psicológicos como físicos. Si
es que ustedes sienten que no pueden contenerse o controlarse es necesario que
pidan ayuda a los maestros de sus hijos o psicólogos.
· No cumplir las
promesas
Las promesas deben ser realistas para que puedan ser
fáciles de aplicarse siempre. Sus hijos aprenden rápidamente que cuanto más se
promete menos se cumple.
· No escuchar
Deben
desarrollar la capacidad de poder escuchar a sus hijos en todo momento aunque
estén realizando otras acciones al mismo tiempo. Muchos de ustedes se quejan de
que sus hijos no los escuchan; sin embargo, este problema se debe a que ustedes
nunca los han escuchado. Mayormente los han juzgado, aconsejado, pero nunca
escuchado.
· Exigir éxitos
inmediatos
Es de gran
importancia conocer que todo requiere de un período de aprendizaje con sus
correspondientes errores. Por lo tanto, deben tener paciencia y no exigir
resultados inmediatos en sus hijos.
Bibliografía:
ÁLVAREZ, Angélica
2004 Cómo poner límites a tus niños sin dañarlos
México D.F: Editorial Pax México
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