Es justo en ese
momento, cuando ese pequeño ser va creciendo, que los padres se enfrentan a una
de sus más grandes incógnitas ¿Cómo debo de formar a mi hijo(a)? Muchas
personas emplean el término disciplina para describir la serie de normas y
reglas existentes dentro del hogar que rigen el comportamiento de cada uno de
sus miembros, sobretodo el del nuevo miembro de la familia. Sin embargo, esta
práctica no es tan sencilla como se describe, existen diversos componentes
integrados en ella que la hacen compleja y, muchas veces, difícil de asumir sin
predisposiciones basadas en nuestras propias experiencias de disciplina del
hogar del que provenimos.
Sabemos que
dentro de cualquier grupo humano, para mantener el orden y el respeto entre los
miembros, deben existir reglas de convivencia para que ésta sea positiva. En el
caso de la constitución de una familia, ésta no es una excepción, es muy importante que dentro de ella se aprenda acerca de cómo convivir con
otros, cómo relacionarse, cuáles son los derechos y responsabilidades de cada
uno, etc. Sobre todo, considerando que el primer entorno de socialización del
niño es su familia y sus referentes de autoridad y ejemplo son los padres.
Por lo tanto,
la disciplina, frente a su importancia mencionada anteriormente, es un tema
sumamente esencial para todos aquellos que tienen una relación cercana con los
niños. La disciplina es un proceso considerado como base del desarrollo y de la
educación, el cual debe iniciarse desde edades tempranas, debido a que
permitirá al niño establecer fuertes cimientos, los cuales le favorecerán un
crecimiento mucho más estable.
En
consecuencia, se debe reconocer que el asumir la disciplina y ponerla en
práctica no es algo mágico ni simple. Por el contrario, es un proceso que, en
muchas ocasiones, puede ser muy difícil, debido a que todos somos distintos
unos de otros y porque tenemos intereses, pensamientos e ideas propias que dan
lugar a lo que somos. Por tanto, no existen fórmulas ni recetas exactas para
lograr obtener lo que se desea con los hijos.
Debido a que
la disciplina es sinónimo de enseñanza y preparación, para iniciar el
aprendizaje de este proceso es necesario mencionar las herramientas que todo
padre de familia o adulto responsable de la educación del niño debe tener y
considerar.
· Tiempo
· Interés
· Deseo de disfrutar en el desafío de educar a los niños.
Con esto nos damos
cuenta que lo más importante es que los padres de familia se comprometan a
realizar esta labor, debido a que si no existe la completa disposición, será
mucho más difícil que puedan afrontar las diversas dificultades que se les
presenten durante el proceso. Si bien en ocasiones es complicado y pueden
cometer muchos errores, no por ello deben desistir; al contrario, deben
aprender de aquellas fallas para no repetirlas y seguir adelante.
Bibliografía:
ÁLVAREZ,
Angélica
2004 Cómo
poner límites a tus niños sin dañarlos
México D.F: Editorial Pax México
GERVILLA,
Ángeles
2008 Familia y
educación familiar
Ed. Narcea, España
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