A pesar de la
poca consideración que se le da actualmente al espacio físico en el que se
mueve y desarrolla el niño, está
comprobado que un ambiente adecuado permite disposición al aprendizaje, la
formación de hábitos de la vida diaria y la interiorización de normas de
convivencia. Un lugar que respete el espacio personal de cada niño, le
permitirá conocerse a sí mismo sin dificultades y obstáculos, permitirá la
interacción entre pares y adultos con el niño, y promoverá la exploración y
descubrimiento de nuevos aprendizajes.
A continuación, brindamos una serie de características base que debe incluir todo espacio pensado para sus niños, en el hogar.
- Espacio físico
- Ser seguro
La actividad más importante durante los primeros años de vida, es el juego. Por ello es indispensable que el espacio donde esta actividad se lleve a cabo, sea en su totalidad, segura. No solamente se trata de prestar atención durante el juego de los niños, sino que es una alternativa muy importante el asegurar en primer lugar el ambiente para prevenir accidentes.
Debemos prestar mucha atención a lugares aledaños a escaleras, donde exista la posibilidad de meter los dedos a los enchufes, donde puedan tomar objetos sin que les caigan otras cosas encina, no hayan cosas que los lastime, como tijeras o clavos salidos.
Para generar espacios significativos de aprendizaje, es necesario permitir que los niños salgan del ambiente de la casa e interactúen mayor tiempo con el entorno natural, parques, ir de paseos, de viaje, etc. Lugares donde puedan correr y jugar, como espacios abiertos, deben ser primero observados en la característica de la seguridad.
- Brindar objetos básicos para desarrollar sus habilidades
El niño, tal como lo hemos visto anteriormente, se vale de sus sentidos y del movimiento para interactuar y conocer su entorno. Es necesario considerar esto en casa, de modo que se pueda poner al alcance de los niños, algunos elementos propios del hogar para que puedan tener acceso a ellos observarlos y conocer sus usos. Objetos tales como cucharas pequeñas, envases de plástico, tapetes, envases, esponjas, papeles, entre otros.
Esto puede generar disyuntivas debido a que los padres hoy en día prefieren ser exagerados en sus medidas de seguridad, y alejan o ponen fuera del alcance de los niños, todo tipo de objeto que no pertenezca a ellos, como juguetes, peluches, cosas suaves, etc. Es importante propiciar la exploración de los niños a través de diferentes texturas, temperaturas, colores, sabores, de las cosas que tenemos en casa.
- Ser estimulante y divertido
El niño, dentro de la casa, debe contar con un lugar de esparcimiento o juego, un cuarto de juegos, una sala de juguetes, o como quiera llamársele. Dentro de este espacio será necesario contar con elementos poco estructurados, es decir, que no tengan o presenten alternativas fijas de interacción y juego. Existen materiales no estructurados tales como conos de papel higiénico, cartulinas, crayolas, goma, cajas de cartón de diferentes tamaños, pelotas, pañuelos, entre otros, que sirven para incentivar la imaginación y creatividad del niño.
Será indispensable la presentación atractiva de estos materiales, sobre todo si los niños en casa han sido expuestos de manera reiterativa a muchos juguetes llenos de colores, muchas funciones, sonidos e imágenes. El niño frente a materiales no estructurados, se verá naturalmente impulsado a crear sus propios juegos y disfrutar aún más del juego, por las posibilidades que el material ofrece.
- Tener suficiente material
Para evitar conflictos entre hermanos, amigos y compañeros que visiten la casa, es necesario contar la cantidad suficiente de materiales, de modo que se pueda generar una convivencia armoniosa y también se puedan ir interiorizando, con facilidad, algunas habilidades sociales tales como el pedir permiso, por favor, dar las gracias y pedir perdón.
- Rutina
El establecimiento de hábitos de la vida diaria es realmente un trabajo
difícil para muchas familias. Aunque pensemos lo contrario, podemos afirmar que
los conflictos y la dificultad que parece ser propia de este proceso, deviene
principalmente de la rutina y organización de la familia. La adquisición de
estas importantes actividades depende sustancialmente de la rutina establecida
y cumplida puntualmente por todos los miembros de la familia.
Los hábitos más importantes a aprender en los primeros años, son la
alimentación, el sueño, control de esfínteres, y limpieza. Todos estos, deben
ir acompañados por los padres en la previsión del tiempo necesario para
cumplirlos. Es poco probable que un niño llegue a adquirir un hábito sin que
primero los padres no estén preparados para cumplirlos ellos mismos junto a sus
hijos. Para ello, siempre será necesario que los padres se toman su tiempo para
establecer una rutina, por ejemplo la rutina matutina en la que generalmente se
encuentran la mayor cantidad de conflictos porque es el tiempo de levantarse de
la cama, asearse, tomar el desayuno y salir hacia el Nido o colegio, y al
trabajo. Muchos padres se estrazan tratando de realizar todas aquellas
actividades, y exteriorizan su ansiedad y preocupación por cumplir, llegar
temprano, etc. Será importante, entonces, que los padres se levanten con más
temprano, y realicen la misma rutina por el tiempo que se necesario hasta que
el niño se haya habituado a las actividades matutinas, sin ansiedad ni estrés
por cumplir con las expectativas de los padres en tan corto período de tiempo.
- Entorno emocional
En la adquisición de hábitos y en la rutina que
ésta demanda, muchas veces los niños experimentarán fracaso, rechazo,
tristeza, humillación y hasta se sentirán ridiculizados. Este aspecto
corresponde a su desarrollo emocional, el cual debe ser igualmente cuidado
durante este período de tiempo, tal como lo recomendamos para el espacio
físico.
Los hábitos de la vida diaria en los niños
generan seguridad en los niños, ya que permiten que el medio en el que se
desarrollan sea predecible y constante. A nivel cognitivo, los niños
desarrollarán mayor capacidad de organización mental y podrán en el futuro ser
ordenados y constantes en lo que emprendan. Para que esto se lleve a cabo de
manera exitosa, el niño necesita verse perteneciente a un entorno de amor,
donde se sienta querido, aceptado, y respetado.
Es importante saber que el apoyo emocional que
reciba en los primeros años va a ser determinante para la construcción de su
autoestima, identidad, desarrollo personal y seguridad.
Bibliografía:
ÁLVAREZ, Angélica
2004 Cómo poner límites a tus niños sin dañarlos
México D.F: Editorial Pax México.
GERVILLA, Ángeles
2008 Familia y educación familiar
Ed. Narcea, España
KOENIG, Larry
2003 Disciplina inteligente
Bogotá: Norma.